La consultora de tendencias Lidewij Edelkoort ha dejado claro que la moda se aleja del streetwear. Según sus predicciones para el Otoño/Invierno 2026/27, el futuro pasa por la sastrería, las prendas tradicionales y la ropa de trabajo como una nueva categoría clave.
Desde la feria Modefabriek en Ámsterdam, Edelkoort presentó dos conceptos. Animalisms e Instincts. A partir de ellos, expuso un giro hacia lo convencional, lo estructurado y lo funcional.
1. Fin del streetwear: la elegancia gana terreno
Edelkoort afirma que el streetwear ha desaparecido «casi de la noche a la mañana». Las zapatillas dejan paso a los mocasines; la sudadera con capucha, a la camisa; la cazadora, a la americana.
La analista destaca el auge de prendas “recatadas” y básicas. Incluye jerseys finos de punto, blusas plisadas, collares de perlas. Insiste en que esta estética no tiene por qué ser aburrida si se combina con humor o se trabaja bien la confección.
En moda masculina, se observa un interés renovado. Menos pantalones, más shorts tipo bloomer y propuestas que redefinen el largo. Pone como ejemplo los shorts blancos y rosas de Dior Men, que califica como «deseables».
2. El workwear se consolida como categoría
La ropa de trabajo deja de ser inspiración para convertirse en una línea autónoma. Se verán conjuntos de chaqueta y pantalón tipo uniforme, con tejidos resistentes, cremalleras ocultas y siluetas estructuradas.
Edelkoort afirma que esta tendencia encaja especialmente bien con la mentalidad práctica de mercados como el neerlandés. Habla de materiales como lana, algodón y denim, con colores funcionales y una estética limpia.
3. Lana, piel y animal-print
La lana será protagonista. Según Edelkoort, es un material versátil que se está revalorizando. Destacan texturas como mohair, alpaca, bouclé o tejidos peludos. Incluso la silueta de la oveja inspira nuevos volúmenes.
Los estampados animales no desaparecen. El leopardo se consolida como un clásico, útil para accesorios y calcetería. También ganan presencia los prints de reptiles y los materiales de aspecto natural, incluso en verano.
4. El gris se reactiva
El gris, que había perdido espacio frente a tonos beige o marrón, vuelve con fuerza. Se verá en pantalones de corte recto, abrigos con espiga o prendas de punto. También como color de detalle en calcetines, guantes o ropa interior visible.
Edelkoort prevé una paleta de grises con matices verdes o azulados. Defiende la mezcla de gris y marrón, y normaliza otras combinaciones que antes se evitaban, como el negro con el azul marino.
5. Protección y funcionalidad
Otra de las líneas clave es el vestuario protector. Prendas amplias, acolchadas, de tejidos gruesos o técnicos. Aparecen referencias militares, espaciales y polares. El abrigo se exagera y el mono gana protagonismo.
Los materiales son pesados, de varias capas, con acabados impermeables o recubiertos. Los colores refuerzan esta idea. Metales oxidados, tonos gastados o efectos visuales que recuerdan a armaduras.
Al final menos velocidad, y más autenticidad
Edelkoort subraya que las tendencias reales tardan años en asentarse. Cita como ejemplo una carta de color neutro inspirada en Marruecos que hoy sigue vigente, o el regreso de los pantalones de talle bajo, que ha tardado 15 años.
Recomienda no seguir las microtendencias dictadas por redes como TikTok. Según ella, cuando una marca detecta una moda digital, ya es tarde para adoptarla.
El consejo es claro. Apostar por lo que funciona, revisar los bestsellers, mejorar los básicos y mantener la autenticidad.
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