En 2020, el 31,1% de las muertes de menores y adolescentes de entre 10 y 19 años fueron a causa del suicidio, el primer motivo de muerte por causas externas. La tecnología y la digitalización han dado paso al ciberbullying, una práctica que sale de los colegios e institutos y se instala en los hogares. En la actualidad hay 166 millones de niños y jóvenes en todo el mundo con algún tipo de problema de salud mental y 117 millones sufren ansiedad.
Camuflado detrás de la premisa “son cosas de niños”, el acoso ha formado, y forma parte, de la infancia y adolescencia de muchas personas. Unas gafas, la ortodoncia, las orejas, la nariz, el color del pelo, una personalidad más reservada… Son innumerables los motivos que puede utilizar un acosador para convertir a un niño en víctima de bullying de manera repetida y alargada en el tiempo.
Los hay de todo tipo: físico, psicológico, presencial y, ahora, más digital que nunca. La tecnología y la digitalización han dado paso al ciberbullying, una práctica que sale de los colegios e institutos y se instala en los hogares El acoso ha pasado de las aulas y patios de recreo a una constante que puede comprender las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Hace unas semanas saltaba a los medios la noticia de un joven americano de 12 años decidió quitarse la vida tras sufrir bullying, algo que conmocionó al mundo y revolucionó las redes sociales. Por desgracia, este suceso, no es un caso aislado. De acuerdo con el INE, en 2020, el 31,1% de las muertes de menores y adolescentes de entre 10 y 19 años fueron a causa del suicidio, año que hizo que pasará a ser el primer motivo de muerte por causas externas.
El acoso escolar y ciberbullying son de los factores de riesgo más importantes para la conducta suicida, según Save the Children, y multiplica por 2,55 las probabilidades de suicidio entre los menores. Los daños que puede causar el bullying son innumerables y, muchas veces, irreversibles. Por ese motivo, la lucha contra el acoso escolar debe ser una prioridad en los centros escolares, un reto para el que, tanto los padres y madres como los docentes, parecen no estar preparados.
7 conductas para detectar el bullying
Ante esta realidad, y con el firme propósito de mejorar la calidad de la vida digital de los menores, Qustodio– la plataforma líder en seguridad online y bienestar digital para familias- ha elaborado un listado de 7 síntomas o conductas que pueden indicar que un menor está siendo víctima del bullying: no querer ir al colegio; cambios de conducta en el uso de la tecnología; frustración, enfado o irritabilidad después de conectarse a internet; cambios en los hábitos alimentarios; se ha vuelto más reservado; problemas de autoestima.
Si necesitas ayuda, el 024 es el teléfono gratuito contra el suicidio.
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