Martina Matencio, conocida bajo el sobrenombre de lalovenenoso, empezó a experimentar con la fotografía a los dieciséis años. Una edad en plena exploración identitaria que asentó las bases para transformar esa vertiente artística en un modo de vida y liberación.
La artista de Barcelona, estudió la carrera de fotografía y se especializó en el uso de la luz natural y la representación del cuerpo femenino, dos conceptos que filtran y atraviesan —de manera directa o indirecta— cada una de sus instantáneas.
Hacer scroll infinito en su Instagram significa evasión. Bucear por imágenes oníricas que proyectan naturaleza, amor, sensualidad y/o erotismo desde una catarsis emocional como punto de partida. Martina plasma, en este sentido, una estética poderosa en la que confluyen luces, texturas, colores y sentimientos que transmiten la belleza de la decadencia.
Lalovenenoso refleja así esa unión entre el amor y el veneno y/o el dolor —que configura su nickname— en fotos de desnudos sobre los que incide y se transforma la luz ambiental. También en textos, piezas de poesía o libros introspectivos en los que vuelve a desnudarse, pero a través de la palabra.
En su obra, el cuerpo se representa como un lienzo. Algo que transfiere a la moda, un universo en el que se sumerge en profundidad, tanto a través de proyectos personales como Luna de Marte, como ajenos para marcas como Netflix, Armani, Lula Japan o Vogue.
Hablamos con Martina Matencio, @lalovenenoso, acerca de su génesis en la fotografía, su evolución, visión e inmersión en el mundo del arte.
Highxtar (H) – ¿Qué fue lo que causó un profundo efecto en ti para querer dedicarte a la fotografía?
Martina (M) – Desde muy pequeña ya tenía mucha curiosidad por la fotografía, no tanto por las cámaras en si, sino, por el simple hecho de captar ese instante que sólo mis ojos podían ver, pero lo que realmente causó un profundo efecto fue cuando tenía 22 años, me ofrecieron cuidar a un chico de 19 años enfermo mental (mi hermana Irene trabajaba en una residencia de niños enfermos mentales) de ahí el enlace. De ir de tanto en tanto a visitarlos acabé ayudando.
Estuve semanas yendo al hospital a cuidarle, sobre todo por las noches hasta que salía el sol. Ahí es dónde empecé a hacer fotografías de cuerpos, de codos, de piernas mientras el sol se dejaba ver en la habitación. Fue uno de los momentos más duros pero a la vez gratificantes, sentía que de algún modo estaba aportando algo de luz a Manuel, no había día que no me preguntase dónde estaba la cámara. Desde ese momento sentí que la foto era mi manera de vivir, mi manera de explicarle al mundo que esa era yo, mis fotos no son más que un reflejo de quién soy, cada foto crea mi mapa para seguir caminando y por suerte aún sigo trazando camino. Manuel murió pero sé que le di luz en momentos de oscuridad.
H – Cada una de tus instantáneas crea collages de estados de ánimo que traspasan a través de la luz azul. ¿Sientes que ya configuraste tus códigos distintivos y/o tu propia identidad como artista?
M – La verdad que es muy cierta esta frase porque literalmente siento que mis fotos son collages de mis estados de ánimo y aún hoy en día siento que tal vez mis códigos no están totalmente configurados porque al fin y al cabo la vida es un constante cambio pero a pesar de esto siento que tengo una identidad propia y definida.
H – La naturaleza, el amor o el erotismo se convierten en expresiones de libertad en tu obra, guiada por la luz ambiental y en cómo esta incide sobre los cuerpos desnudos. ¿Cuál es el proceso creativo que sigues para evocar y materializar todo eso?
M – Realmente me sale de manera orgánica, lo evoco porque lo siento, no hay nada que me llame más la atención que la luz cayendo directamente hacía un cuerpo, para mi lo es todo. Supongo que de algún modo siempre vuelvo a la habitación del hospital, de ahí tanta luz, tantas piernas fotografiadas, mujeres en la cama, siempre vuelvo sin darme cuenta.
H – En tus imágenes exploras el cuerpo femenino de la mano de una hermandad de mujeres representadas como musas contemporáneas. ¿Qué tipo de relación mantienes con ellas y qué es lo que te inspira de la feminidad a la hora de crear?
M – Una vez dije que yo era todas ellas, no es fácil de entender pero lo siento de este modo. No con todas mantengo una relación especial, a veces son modelos que conozco muy poco, pero cuando fotografío siento que les abro el alma y a la vez siento que estoy abriéndome yo, supongo que por eso salen fotografías tan naturales y con tanta fuerza! Siempre creí que la mujer tiene algo muy especial, algo que para mi el hombre no lo tiene.
H – Acompañas tus posts con una serie de escritos o poemas que reflejan y envuelven precisamente esos sentimientos que transfieres como “desde que estoy enamorada ya no escribo”. ¿En qué emoción sueles encontrar la inspiración?
M – Normalmente suelo encontrar inspiración en la tristeza. Casi que podría ser una pena pero es así, de ahí la frase de “ desde que estoy enamorada ya no escribo” porque ahora me siento feliz y la felicidad no me inspira para escribir.
No ha sido fácil porque llevo toda la vida creando desde la tristeza pero si que es cierto que este cambio tan radical me ha hecho ver otras cosas, me ha abierto otras puertas, empecé a fotografiar el cuerpo de Joan (mi pareja) y ahora me dejo fotografiar por el o nos fotografiamos los dos juntos…si me lo pongo a pensar, me quedo con la felicidad que no con la tristeza, porque realmente ahora mismo me siento feliz y en paz pero no cambiaría jamás la Martina del pasado, al fin y al cabo soy quién soy por quién fui.
H – ¿De qué manera canalizas el dolor a través de la belleza?
M – Buena pregunta. Supongo que como llevo toda la vida sintiendo tanto dolor y a la vez cansada de él y de mi misma, no me quedaba más remedio que transformarlo en algo bello. Es duro admitir que no estás bien o que no eres totalmente feliz, ahora lo digo abiertamente, con unos buenos años de psicoanálisis haha pero siempre he sentido alivio al canalizar mi dolor y transformarlo en algo bello, y menos mal!!!! Me doy las gracias por hacer lo que hago, siento que es muy importante canalizar el dolor, sacarlo y si es necesario transformarlo.
H – Lanzaste los libros fotográficos “Tus ojos, mis manos” y “Martina, tengo que hablar contigo”, que narra historias de amor y desamor a través de sensuales fotografías y mensajes de whatsapp. ¿Te gustaría reinventarte en otros formatos visuales como el cine?
M – Me encantaría! Estoy empezando con Joan a crear contenido de vídeo, pero por ahora solo hemos empezado con una pieza muy pequeñita de 2 bailarinas, Carla Cervantes y Sandra Egido que saldrá en breves 🙂 estoy emocionada y ojalá tenga el valor suficiente de poder crear piezas más grandes! Puede ser muy bonito ver mi foto en movimiento.
H – Vemos como aportas tu visión al mundo de la moda, ya sea en Luna de Marte, tu proyecto de ropa de segunda mano, o en colaboraciones con firmas como Grain Clothing. ¿De qué manera entiendes la moda y la conectas con tu universo creativo?
M – Sí, hace muchos años que me dedico a la fotografía de moda, he trabajado para Armani, Vogue, Lula Japan.. y la verdad que me siento feliz de todo lo que he creado durante estos años (y espero poder seguir haciéndolo….) y he de decir que la moda no es fácil, pero sinceramente nunca he sido muy de seguirla, siento que a mi me ha ido bien por que he hecho lo que realmente he sentido y me ha apetecido.
Intento pensar que si un cliente quiere trabajar conmigo es por que sabe lo que hago así que en cualquier trabajo he sido yo y me he dejado llevar, ahí es cuando mejores fotos han salido. Amo la moda y quiero seguir dedicándome a ello pero a veces siento que todo es demasiado grande, que no me hace falta tanto para crear.
H – En las últimas décadas hemos experimentado un cambio de paradigma que va desde el consumo de material explícito en la moda, la cultura o el arte hasta llegar a la censura de los algoritmos. ¿A qué crees que se debe esa regresión de las redes? ¿Somos ahora menos libres que antes?
M – Se nos ha educado con unas libertades superiores a las de la generaciones anteriores pero a la hora de la verdad no nos podemos expresar en plenitud porque si bien hemos ganado libertad en nuestras ideas hemos perdido el control de los canales donde se manifiestan, así que no sé si somos menos libres que antes pero si que somos mas conscientes de esa falta de libertad.
H – ¿Hacia dónde te gustaría evolucionar a partir de ahora? ¿Ves a @lalovenenoso introduciéndose en el metaverso y/o en el mundo de los NFT, o crees que seguirá manteniendo el foco en el pasado y en la nostalgia?
M – Sinceramente no lo sé, te diría que no veo a lalovenenoso introduciéndose en el metaverso pero no voy a mentir diciendo un no rotundo porque no lo sé… Soy más de plasmar el paso del tiempo y la nostalgia que cualquier cosa que pueda acercarse al mundo de los NFT pero de aquí un tiempo te lo diré porque la vida pasa demasiado deprisa y las cosas cambian sin darnos cuenta, te diré que es cuestión de encontrarme en situación y ver un poco hacía dónde va la vida, porque sinceramente tampoco me veía viviendo de una publicación en Instagram y ahora parece que es lo más normal del mundo.
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