La diseñadora Simone Rocha fue invitada a diseñar una colección como parte de su colaboración con Moncler. Para estas nuevas creaciones, la talentosa irlandesa se inspiró en la danza y en la extravagancia barroca de los trajes de escena. Sin embargo, lleva desde el invierno de 2018 ofreciendo sus innovadoras reinterpretaciones del ADN técnico de Moncler.
La joven irlandesa formada en el Central Saint Martins College y radicada en Londres, Simone Rocha ha estado persiguiendo, desde su primer show en 2010, una especie de redefinición radical de la feminidad y el romanticismo. Rompiendo códigos y estereotipos, se inspira en los trajes históricos y alimenta sus colecciones con referencias precisas sobre sus tejidos, detalles y encanto: «Me gusta el traje histórico por sus refinados ornamentos, pero también porque en el pasado, la ropa señalaba la posición de uno en la sociedad», dice. «Como tal, los uniformes me interesan tanto como los trajes reales».
Influenciada por los pocos años que la diseñadora pasó trabajando en escultura en el Colegio Nacional de Arte y Diseño de Dublín, sus inflexibles siluetas exploran grandes volúmenes y asimetrías, y revisan los códigos de la feminidad – flores, perlas, encajes, brocados – adornados con extrañeza. Esta aguda y contemporánea creatividad hizo de Simone Rocha una candidata ideal para el proyecto Moncler Genius. Esta temporada, en una colección inspirada en el mundo de la danza, mezcla el tul -característico de los tutús de las bailarinas- con el nylon de la marca italiana conocida por sus plumíferos. Los bordados de flores, los volantes y otros elementos decorativos muy «femeninos» se aplican así a piezas funcionales, incluso hasta en las zapatillas.
Para esta ocasión, Simone Rocha se inspira en la extravagancia barroca de los trajes de escena. «Pensé en el movimiento, la danza, la feminidad, la fantasía de la ropa, y luego me pregunté cómo cuestionar estas nociones para hacerlas cuadrar con los códigos de Moncler», explica. «Para ello, me fijé en la obra de Federico Fellini, así como en las óperas y ballets clásicos, centrándome especialmente en la teatralidad, el movimiento y el vestuario. Llamé a la fotógrafa y directora Petra Collins para poner en escena esta colección. Trabajamos con modelos y bailarines».
En el vídeo, Simone Rocha reflexionaba sobre las normas y códigos femeninos, recordando su propia experiencia como aprendiz de bailarina: «La colección encarna mi pesadilla absoluta, es a la vez hermosa y grotesca. Crecí practicando la danza, y me influyó mucho, tanto positiva como negativamente. Quería contar esta historia: pasé parte de mi adolescencia frente a un espejo, repitiendo movimientos que nunca podría realizar a la perfección. Esto es una oda a esa sensación de incompletitud que me persigue para siempre».
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