En este nuevo episodio sobre los efectos del coronavirus en la moda, hablamos sobre los riesgos o beneficios de pausar la producción de las colecciones otoño-invierno 2020. Ya preparados los prototipos para la siguiente temporada, las firmas se están planteando dicha cuestión: ¿deberían seguir adelante con la producción o detener el ciclo y saltarse la temporada?
La generación del FOMO desactiva su conexión y el ciclo de la moda apaga sus luces hasta próximo aviso. Paralelamente, la economía cae en declive por una pendiente sin retorno que está generando el pánico de muchas firmas de cara a la gestión de su archivo económico y sus inversiones a plan post-covid. Ahora sus moodboards sustituyen ideas, materiales e inspiración por: cancelación de pedidos, caída de ventas e incumplimiento de los requisitos de cantidad mínima con sus fábricas.
Las fábricas de las que depende gran parte de la industria de la moda, situadas en Italia y China, cerraron sus puertas con las que generaron una burbuja -in crescendo- de incertidumbre global. Pero incluso cuando éstas vuelvan a reactivarse, seguirá persistiendo el problema del dinero y su conservación. Y es que, no todas las firmas tienen suficiente dinero como para poder saltarse una temporada y no acarrear con ello su ‘closing’ permanente. La pérdida de ingresos por sus costos fijos, así como por su inversión en la producción de la colección hacen que muchas de ellas no puedan ‘permitirse el lujo’ de no sacar a la luz sus propuestas AW20.
Esta pandemia que nos pone ante la vista una especie de ceguera blanca como la de ‘Ensayo sobre la ceguera’ de José Saramango, a la hora de afrontar el presente y adivinar el futuro, plantea infinidad de preguntas sin respuesta. Una de ellas es: ¿cuando volverá el mercado a reactivarse?, y, sobretodo, ¿de qué manera?
Aunque haya indicios de que China esté reabriendo sus puertas, aún no hay nada claro y menos para la escena en Europa y América del Norte. Pero, pongámonos en la situación de que las tiendas vuelvan a abrir: ¿qué hacemos con todos los productos en masa que no se han vendido?
Es por ello que predicen que se sucederá una ola de descuentos con la que liquidar el inventario, parecida a la que se produjo tras la crisis financiera mundial de 2008. Pero ahora ya no hablamos sólo de una crisis económica, hablamos de una crisis global, y de un antes y un después en nuestras vidas.
Entonces, volvamos a lo que nos ha traído hasta aquí. ¿Qué deberían hacer las firmas, adelantarse o saltarse una temporada?
Igual sería interesante prescindir de la siguiente temporada y dejar respirar el planeta unos meses más, reactivando el ciclo de la moda más adelante: cuando todo sea más nítido. Así, poder durante estos meses gestionar la economía de empresa, pensar la manera de reutilizar los materiales y textiles ya adquiridos y planear inversiones reales para tiempos post-coronavirus.
Los jugadores del sistema de la moda están planteando así la idea de saltarse una temporada, u optar por la otra cara de la moneda: impulsar sus colecciones para que las inversiones ya destinadas a la producción previa no se desperdicien. Algo que es más fácil para el sector del footwear y los accesorios, cuyas colecciones son menos estacionales.
Este game se bloquea entonces en una pantalla en loop de la que no poder escapar hasta que no haya una respuesta clara al respecto. Lo único nítido aquí es el saber que la industria de la moda nunca volverá a ser igual.
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