Con la llegada de las altas temperaturas, no hay nada que apetezca más que un helado. Pero no hablamos de cualquier helado: hablamos de aquellos que, con solo verlos en un quiosco, nos transportan a nuestros veranos durante la infancia. Desde el equipo de HIGHXTAR. rendimos homenaje a los clásicos helados de hielo que han resistido el paso del tiempo y siguen siendo una apuesta infalible para refrescar cuerpo y memoria.
Hoy, entre la sofisticación de heladerías artesanales y los lanzamientos gourmet, reivindicamos esos iconos pop del congelador que marcaron generaciones. Una colección que despierta el paladar y la nostalgia a partes iguales. Te presentamos nuestra selección definitiva para este verano: auténticos referentes del imaginario veraniego colectivo.
Pirulo Tropical

El Pirulo Tropical ha sido, sin duda, uno de los grandes protagonistas de los veranos de los años 90 y 2000. Su diseño en espiral de tonos vivos, su sabor frutal exótico y su versión mítica «Pirulo Volador» lo convirtieron en un imprescindible de la generación millennial.
Fantasmikos
Pequeños, misteriosos y entrañables. Los Fantasmikos se presentaban como un puñado de mini helados de diferentes sabores y colores, cada uno con forma de fantasma y una personalidad distinta. Parte del ritual era decidir cuál comer primero y cuál dejar para el final, como si cada uno tuviese su propio valor simbólico.
Calippo
Si tuviéramos que elegir un helado que represente la esencia misma del verano, sería el Calippo. Su formato alargado y funcional lo ha convertido en un clásico atemporal del universo Frigo. El sabor de lima-limón sigue siendo el más icónico, aunque sus versiones de fresa o cola también tienen su legión de adeptos.
Twister
El Twister es un perfecto ejemplo de diseño y sabor en armonía. Su espiral de helado de nata y frutas, con un corazón central de lima, lo convirtió en un hito del diseño heladero. Visualmente atractivo y refrescante a partes iguales, es una opción ideal para quienes buscan una experiencia más cremosa sin renunciar al frescor frutal.
Colajet
Helado, chocolate y caramelo, todo en uno. El Colajet representa la fantasía infantil de unir lo mejor de varios mundos. Con forma de cohete y ese centro líquido que generaba un contraste inesperado, fue uno de los primeros helados en jugar con texturas y capas.
Drácula
El Drácula ha sido durante años el helado rebelde por excelencia. Su cobertura negra de regaliz, su interior de fresa ácida y un centro chorreante de sabor intenso lo convertían en el polo más atrevido. No era para todos los gustos, pero para quienes lo amaban, era insustituible.
Flash
El Flash, ese tubo de hielo con sabor a frutas representa la esencia misma del helado de barrio. Disponible en múltiples sabores, se convirtió en una solución rápida y efectiva contra el calor, sobre todo en patios de colegio y campamentos de verano.
Ahora… ¿por qué no le echas un vistazo a los chiringuitos urbanos que existen en Madrid?
Sigue toda la información de HIGHXTAR desde Facebook, Twitter o Instagram
Podría interesarte…