Las marcas de lujo, desde Moncler hasta Dior, están buscando beneficiarse del poder cultural y la audiencia global del deporte más popular del mundo. Las grandes etiquetas se están afianzando en la industria del fútbol europeo, aprovechándose de los atletas como Cristiano Ronaldo, Lionel Messi o Neymar Jr para sus campañas y asociándose con equipos de élite.
Los mejores equipos de fútbol de Europa tienen sus bebidas oficiales, socios bancarios oficiales, aerolíneas oficiales y, cada vez más, sus patrocinadores oficiales de moda de lujo. Moncler y Dior se encuentran entre las marcas que el año pasado firmaron acuerdos para diseñar ropa formal o indumentaria deportiva para los principales clubes de fútbol europeos.
Una de estas colaboraciones de la del club de fútbol italiano Napoli con Giorgio Armani, que comprende una gama de prendas técnicas y piezas de edición especial. El lanzamiento salió al mercado en septiembre para la temporada 2021-2022, posicionándose una de sus prendas como la camiseta de fútbol más cara del mundo.
Dior también se unió con el Paris Saint-Germain (PSG) en una colección de ropa formal para el equipo masculino. Además, cuando la superestrella mundial Messi fue presentado al mundo como jugador del PSG en agosto, también fue fotografiado con un traje de la cápsula Dior. La publicación de PSG en Instagram anunciando la noticia obtuvo más de ocho millones de me gusta.
Los acuerdos entre las marcas de lujo y clubes de fútbol representa la culminación de un cambio de actitud de décadas entre ambas industrias. Hasta los 90, muchas marcas temían cualquier asociación con el fútbol por la mala imagen que daba. Las Dr. Martens fue el calzado elegido por los hooligans del fútbol inglés y Stone Island era el uniforme no oficial de los ultras.
Desde entonces, la comercialización de la industria del fútbol y la evolución de los equipos y los propios futbolistas hacia marcas globales ha obligado a este deporte a limpiar su imagen. Los principales clubes europeos ahora son entidades globales, propiedad de multimillonarios o (en el caso de Manchester City y PSG) de fondos soberanos de Oriente Medio.
A finales de 1990, David Beckham se convirtió en el primer futbolista que entraba en el fashion system, asistiendo a desfiles, saliendo en campañas de Calvin Klein y beneficiándose de los patrocinios de las marcas. Hoy en día, es habitual que en las campañas y las editoriales salgan futbolistas; El jugador del Liverpool FC, Mo Salah, es la portada de enero de British GQ.
El fútbol es útil para las marcas de lujo que aspiran a integrarse completamente en el estilo de vida de sus clientes. El alcance global de los mejores clubes europeos (por su base de fans y por sus operaciones comerciales en China) es otra ventaja. Un ejemplo es la unión Moncler con el Inter de Milán pensada para «conectarse con nuevas comunidades de manera significativa y auténtica».
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