Hablamos con Javier Ruiz (@javierruiz69), fotógrafo madrileño y director artístico de C. Tangana.
Hace tres años se consagró profesionalmente cuando la Gran Vía de Madrid se rindió a su talento. Hoy es uno de los artistas más prometedores del panorama nacional. Recientemente, una de sus instantáneas fue portada de la revista Forbes. Pero de lo que nadie ha podido dejar de hablar desde hace una semana es del tema y el video de «Demasiadas mujeres«, una experiencia visual pluscuamperfecta, dramática en su justa medida con matices caóticos y románticos.
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Higxtar (H) – Antes de sumergirte de lleno en la fotografía, ¿qué terreno profesional valorabas?
Javier Ruiz (JR) – Ninguno en concreto, estuve trabajando de comercial, de portero en bloques de pisos, en una gasolinera, en una tienda de ropa, buscándome la vida vamos.
(H) – ¿Fuiste autodidacta con la cámara?
(JR) – Sí, un par de años después de empezar a hacer fotos me metí a estudiar una FP de imagen, pero te diría que ahí aprendí poco o nada.
(H) – Experimentas con la fotografía de moda, pero ¿es la moda la que complace tus fetiches creativos? ¿o es más restrictiva de lo que esperabas?
(JR) – Sí, podría decir que es lo que más me complace. De hecho, en las fotos de moda es donde más rienda suelta doy a mi creatividad, también porque siempre quiero hacer moda, es el ámbito en el que empecé y siempre intento introducir ese punto en todos mis trabajos; forma parte de mi visión como fotógrafo. En cuanto a la parte restrictiva diría que no es intrínseca a la moda, sino a algunos clientes.
«Intento mezclar ideas fugaces que me rondan la cabeza con lo que me inspira la persona a la que estoy fotografiando.»
Javier Ruiz
(H) – Te mueves mucho en el sector fashion, aunque, también sabemos que has trabajado en proyectos de fotografía documental y artística, ¿en qué terreno te sientes más cómodo?
(JR) – En el que se mezclan las tres cosas. Creo que ésta es mi marca personal.
(H) – ¿Qué importancia le das a los colores en tus proyectos? Por cuál te inclinas más, ¿lo estético o lo emocional?
(JR) – Le doy bastante importancia a los colores, creo que eso se ha convertido en parte de mi identidad como fotógrafo. Me inclino más por lo estético, aunque todas mis fotografías tienen mucha parte emocional en cuanto a las cosas que me inspiran para hacerlas.
(H) – ¿Qué buscas para hacer de cada proyecto algo diferente? ¿Es difícil dejar atrás viejas costumbres?
(JR) – Intento mezclar ideas fugaces que me rondan la cabeza con lo que me inspira la persona a la que estoy fotografiando. Siempre me gusta jugar con diferentes elementos o localizaciones para no depender solo del estilismo, me valgo mucho del contexto de cada shooting.
(H) – ¿De qué influencias te gusta nutrirte para seguir evolucionando como fotógrafo?
(JR) – No soy de esas personas que idolatran a una figura en especial. Como todos, estoy bombardeado cada día con mil referencias visuales, pero a modo de concepto, si que me inspira pensar en fotógrafos que llevan toda una vida haciendo su movida y que no han parado de pelear y de evolucionar; ese sería mi objetivo vital.
(H) – ¿Qué sentiste cuando tu instantánea de C. Tangana luciendo Loewe vestía la Gran Vía?
(JR) – Hombre, eso en su momento fue un gran hito tanto para mí como para todo el equipo. Lo típico, mandas a tu madre y a tus colegas a verlo y todo el mundo te empieza a mandar selfies con el billboard «jaja».
Pero de eso hace ya 3 años, seguimos sumando, de hecho, acabamos de salir en la portada de Forbes, otra cosa a tachar en la lista. Y lo que se viene ahora con el nuevo disco, no te quiero ni contar…
(H) – En el proyecto de C. Tangana estáis transformando su imagen hacia “El Madrileño”, como parte del equipo creativo ¿qué significa para ti ser de Madrid?
(JR) – Yo he vivido aquí toda mi vida, soy un enamorado de Madrid, tengo muchísimos recuerdos de dichos populares, de como era la ciudad antes, de la gente, de mis abuelos… Y cuando creces te das cuenta de que eso que entiendes por normal o que te crees que en todos los sitios es así, en realidad es propio de cada ciudad o cada pueblo y eso es precisamente lo que enriquece la cultura popular. Una cultura que a causa de la globalización cada día más se va perdiendo y que para nosotros al compartir generación y vivencias nos inspira muchísimo, sobretodo a la hora de crear cosas nuevas. El pasado siempre es la fuente de inspiración para desarrollar algo nuevo, da igual de qué ámbito estés hablando y, para mí, de Madrid hay mucho donde rascar.
(H) – ¿Dónde pasaste el confinamiento? ¿Ese tiempo te sirvió a modo de reflexión personal y profesional o por el contrario supuso un bloqueo creativo?
(JR) – Lo pasé en Madrid, en mi casa. Me sirvió para muchas cosas: reflexioné mucho tanto a modo personal como profesional, conseguí frenar en seco y eso, a la larga, me he dado cuenta de que me hizo mucho bien, tanto en ese momento como para el futuro. Creativamente, no me supuso un bloqueo ya que junto a Santos, que se marcó un edit increíble sin el cual no hubiera existido ese vídeo, creamos “Nunca Estoy”, con imágenes de archivo que yo tenía grabadas de hace tiempo más imágenes nuevas que grabé con Rocío (@_rocioalvarez_) en casa durante el confinamiento. La verdad que hacer ese video me salvó un poco la cuarentena.
(H) – La situación mundial que vivimos ha cambiado nuestra forma de pensar, hemos empezado a vivir más acorde con el “carpe diem”, pero ¿Dónde te ves dentro de cinco años?
(JR) – Te voy a dar una respuesta bastante facilona, nada de viviendo en LA, haciendo campañas con Hailey Bieber. Me veo en Madrid, con mi novia, mis amigos, mi familia, mi casa y trabajando en lo que me gusta hacer, siendo feliz aquí.
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