En los años 70, Rei Kawakubo empezaba a escribir una especie de biblia de la anti-moda que hemos profesado hasta día de hoy. Probablemente ese libro guíe el sistema de la moda muchos años más, pues su ethos trasgresor ya parece formar parte de la eternidad. Navegamos por los factores que hicieron de la diseñadora japonesa una leyenda en la moda.
El ir contra el sistema y el status-quo de la moda llevó a Rei Kawakubo a ser la gran ‘incomprendida’ por parte de una industria sin oxígeno, limitada en cuatro paredes. Los críticos nunca entendieron a la creativa que más tarde sería la fundadora de la renombrada firma Comme Des Garçons, así como de uno de los multi-brand retailers más excitantes del mundo, conocido como Dover Street Market.
Pero más allá del diseño, lo importante fueron las ideas tejidas detrás de las prendas. Si Coco Chanel liberaba a la mujer del corsé, Kawakubo quitaba una venda a la sociedad, mostrando una realidad en la que los estándares de belleza convencionales se diluían de las prendas. Así, marcaba el inicio de la era anti-fashion.
Es sorprendente como esta fuente de inspiración para todos los diseñadores y entusiastas de la moda realmente no estudió diseño de moda, si no que se graduó en arte y literatura en la Universidad de El Cairo en 1964. Kawakubo fue totalmente auto-didacta.
Sin una formación previa y consistente en el sector, Rei Kawakubo empezaba su journey en la moda como estilista, viendo como en ese marco creativo no encontraba las prendas que ella estaba buscando. Así, empezó a diseñar sus propias piezas de manera artesanal; unas que en 1969 ya tendrían inscritas en la etiqueta el nombre de Comme des Garçons.
En 1975 Kawakubo decidía abrir su primera boutique en Japón, primeramente a través de una propuesta womenswear, para después ampliarla al campo del menswear. Ya en ese momento, todo el mundo hablaba de sus creaciones. Rei Kawakubo ya empezaba a alterar la moda y sus bases.
LOS ‘BLACK CROWS’ QUE AGITARON EL SISTEMA
En los 80, Rei ya tenía distribuídas varias tiendas en Japón, en las que exponía piezas bañadas en tonos que iban del blanco, al gris y al negro. Empezó con una paleta cromática muy dark, como de ropa de funeral. Así, la sociedad empezó a llamar ‘crow’ a la diseñadora, encasillada en una especie de ‘crow gang’, entre los que formaban parte los iconos Issey Miyake y Yohji Yamamoto. Ellos revolucionarían la moda y la belleza para siempre a través de prendas oscuras, sobredimensionadas y asimétricas.
El movimiento ‘crow’ fue el motivo por el cual el negro tiñió masivamente la pasarela y el streetstyle de alrededor del mundo. Los seguidores denominados como ‘the crows’ o karasu-zoku (tribu de los cuervos) vestían esa moda de vanguardia de alta costura, rechazando los clichés y el look glamuroso de los años 80 para tintar sus looks de negro. Se negaron a formar parte de los estándares, para vestir esas siluetas andróginas y asimétricas firmadas por diseñadores como Miyake, Kawakubo o Yamamoto, con el que Rei mantuvo una relación amorosa a finales de los 70.
THE KAWAKUBO’S KINGDOM
Más allá del crow, Rei Kawakubo empezaba a ser un foco de inspiración por sus siluetas drapeadas y piezas inacabadas. La deconstrucción, que a día de hoy es una técnica muy recurrente, empezaba a formar parte de la moda gracias a la diseñadora japonesa, que en ese momento era fuertemente criticada por su presentación debut para Paris Fashion Week (1982). Esa cápsula llamada ‘Destroy’ presentaba looks perforados y siluetas drapeadas que ya no delineaban el cuerpo de la mujer, si no que dejaban que ésta fluyese de manera libre.
Las campañas publicitarias de CDG se convirtieron en un elemento clave a la hora de comunicar ese aura anti-sistema en el que la línea divisoria entre la moda y el arte desaparece. Comme des Garçons 1988 fue una gran muestra de ello; de reflejar ese mundo anti-hedonista que tiene mucho que decir al sistema.
Ese humor político de Kawakubo se traslada, de igual forma, a muchas de sus colaboraciones como la que llevó a cabo con Louis Vuitton, reinterpretando un bolso tradicional de la firma a través de agujeros enormes: uno de los códigos más representativos de la casa japonesa.
Pero centremos el objetivo en sus desfiles. En cada uno de ellos, vemos como traslada esa actitud anti-establecimiento, tal y como hizo en fall-winter 1992: una propuesta en la que incluía piezas inacabadas que dejaban ver el cuerpo de una mujer que atentaba contra la sociedad conservadora.
Otro de los desfiles icónicos de Kawakubo fue CDG spring-summer 1997. Titulada como ‘Body meets dress, dress meets body’, se convirtió en una de las colecciones más representativas de la firma por introducir uno de los códigos que definirían su heritage. Esas estrañas siluetas y bultos hicieron que los críticos nombrasen la cápsula como ‘Lumps and Bumps‘. Así, esos bultos característicos pueden verse en otras piezas como la iteración de las Air Force 1 firmada por Kawakubo.
De igual forma, cabe recordar la campaña SS2004, un show en el que las modelos iban descalzas, medio desnudas, y dónde las faldas y los sombreros escultóricos se convertían en los únicos elementos textiles de la composición. Al igual que Margiela, Rei Kawakubo siempre se ha mantenido en un plano anónimo del show, dejando que las prendas hablen por sí solas. No existen grandes storytellings que acompañen las propuestas. La diseñadora japonesa suele dejar un status en cada desfile, para que podamos intepretar de manera libre la colección.
En spring-summer 2004, los entendidos en el sector volvían a comerse la cabeza por descifrar la anti-moda de Rei Kawakubo. También se quedaban hipnotizados con el concepto de tienda escultórica que Kawakubo establecía ese mismo año. Las puertas del universo Dover Street Market se abrían por primera vez en las calles de Londres.
Si nos movemos a la colección spring-summer 2012, titulada bajo el nombre ‘White Drama’, podemos decir que hablaba del curso de la vida: desde el nacimiento o el matrimonio, hasta la muerte o la transcendencia. Las piezas monocromáticas (en blanco) se encasillaban, una vez más, fuera de la zona de confort. Kawakubo volvía a hacer magia a través de un recorrido de vestidos de novia conceptuales con infinidad de bordados, flores y apliques.
En el último episodio pre-covid, Comme des Garçons primavera-verano 2020, R.K volvía a demostrar su posición en el marco de ‘renegades of fashion’ a través de un remake de los trajes del Renacimiento Isabelino. Ésta se convertía en una colección completa llena de brocados retapizados y formas sobre-exageradas del siglo XVII. Ese imaginario manifestaba códigos punk muy Kawakubo como los agujeros gigantes en las rodillas de las bermudas, así como chaquetas sin mangas que redefinían un look desaliñado para la alta burguesía.
THE ICONIC SUB-BRANDS
El universo Comme des Garçons incluye una amplia gama de sub-firmas que van desde ‘SHIRT’, Homme, Tricot, Ganryu, Wallet o Parfums, a la icónica línea de Junya Watanabe: el primer diseñador en trabajar de manera libre dentro del imperio de Kawakubo.
Watanabe acabó lanzando su propia sub-brand menswear en el universo CDG, elevando el high-fashion bajo una perspectiva workwear en su mayoría. Kawakubo se convirtió en una figura esencial en la carrera de Watanabe. En un mentor para el diseñador que siguió su misma línea ‘editorial’ en la moda: dejar que la ropa diga todo lo que él tenía que decir.
Otra de las firmas más reconocidas del imaginario Kawakubo es ‘PLAY Comme des Garçons’, lanzada en 2002 bajo la dirección de su marido Adrian Joffe, CEO de CDG y Dover Street Market. Él se encarga de guiar la sub-etiqueta más comercial y asequible de Comme des Garçons. En ella, el logo del corazón de Filip Pagowski recorre infinidad de camisetas básicas, perfumes y polos minimal, así como la línea de Converse que ha elevado para siempre el hype de la casa americana.
En 2009, Comme des Garçons consideró necesario hacer algo en respuesta a la negatividad general generada por la crisis global del 2008, a través de piezas más asequibles en el mundo del luxury fashion. Así ‘Black Comme des Garçons’ se convirtió en una sub-firma de CDG* clave tanto para la industria de la moda, como para el lanzamiento de colaboraciones exquisitas con Nike.
Por todos esos episodios, y muchos más, Kawakubo se ha posicionado como una de las mejores diseñadoras de la historia, influenciando todos los movimientos y las corrientes en la moda. Su heritage ultra-vanguardista salpicado de matices políticos y socioculturales no sólo se adelantaba a la moda de la época, si no que proyectaba las ideas del futuro de la industria. Rei Kawakubo, sin duda, cambió la moda para siempre.
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