El año nuevo no podía empezar de mejor manera que con la modelo Paloma Elsesser en la portada de Vogue de enero de 2021. Ver a una de las mayores representantes de la diversidad corporal ocupando la primera plana de la famosa revista no podía significar nada más y nada menos que, un nuevo paso hacia la validación de todos los cuerpos en los medios de comunicación.
Las revistas, la televisión y las películas muestran ideales de belleza inalcanzables para la mayoría de personas. Si echamos la vista atrás, a principios del siglo XXI no había prácticamente representación de las mujeres con tallas no normativas. Durante los últimos años, hemos presenciado un cambio cultural lento, pero constante. Los estándares de belleza han empezado a desviarse de la gordofobia.
Modelos como la misma Elsesser, Ashley Graham o Tess Holliday reivindican día a día la necesidad de visibilizar los diferentes tipos de cuerpos en la moda, la belleza y los medios. Desde que la marca Aerie dejó de retocar a sus modelos en 2014, otras marcas han seguido su ejemplo. Hasta tal punto que firmas como Versace han contado con Alva Claire, Precious Lee y Jill Kortleve para su desfile Primavera/Verano 2021.
Victoria’s Secret: la perpetuación de la mujer delgada, cisgénero y con rasgos europeos
El fin de la era de Victoria’s Secret en el que se perpetuaba el prototipo de mujer delgada, cisgénero y con rasgos europeos, es otra muestra de que la moda avanza hacía la inclusión. Marcas como Savage x Fenty, ThirdLove y Chromat han sabido escuchar las necesidades de las nuevas generaciones. Apostando por ofrecer una amplia gama de tallas y mostrando modelos que varían en género y tipo de cuerpo.
Si bien celebramos todos estos grandes logros hacía una mayor aceptación de la diversidad, también tenemos que denunciar el largo camino que nos queda por recorrer. Las duras reacciones a las fotos de los paparazzi hacía Billie Eilish por su típica ropa oversize para salir a la calle sirven como prueba de que la cultura occidental todavía teme a los cuerpos no normativos. Estamos obsesionados con la belleza y el aspecto físico.
Aunque cada vez más existe una mayor visibilidad de los cuerpos, todavía hay una falta de papeles protagonistas para las actrices de tallas no estándar. A pesar de que la moda o la prensa ha empezado a reflejar la diversidad, la industria no ha hecho mucho por cambiar la narrativa. Las actrices plus size quedan relegadas a papeles secundarios como es el caso de Euphoria o High Fidelity. Nosotros nos preguntamos, ¿Cuándo aceptaremos los medios la diversidad corporal?
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