Nicolas Ghesquière (@nicolasghesquiere) vuelve a las raíces de París y trae una alta sociedad que se expresa a través de una nueva Belle Époque, un homenaje a aquella época llena de vida en la que la capital francesa respiraba puro encanto en cada esquina.
Ser el desfile encargado de cerrar de la Semana de la Moda de París puede ser un arma de doble filo. En teoría, el show de Louis Vuitton (@louisvuitton) es apoteósico, uno de los más importantes tras un mes de desfiles en cuatro capitales. En la práctica, los editores de moda, ya agotados, miran sus relojes tratando de apurar su vuelta a casa.
La verdad es que no ayudó que el desfile se retrasara una hora más de lo previsto. El motivo lo justifica. El público tuvo que esperar a que el sol se pusiese en el Museo del Louvre para que la proyección del vídeo se viese con nitidez. Sobre la pantalla, Sophie.
Para los que no estéis familiarizados con la artista, se llama Sophie Xeon (@sophie_msmsmsm) y es una cantante transgénero. Interpretó una versión extendida de su canción de 2017 «It’s Okay to Cry». De manera algo surrealista, las modelos emergieron de una puerta ubicada en el centro del pecho de la artista.
Pero esta no es la primera vez que Nicolas Ghesquière coquetea con la fluidez del género. Hace justo un año, eligió a modelos transgénero para el desfile SS19, incluido Krow Kian que repitió este año. Para el lookbook Pre-fall 2019, Ghesquière también recurrió a una transgénero, la actriz Indya Moore.
Los trajes que no combinaban abrieron el desfile, mezclando estampados, chaquetas encogidas con pantalones anchos. Pues, tal y como confirmó su director creativo, la colección está inspirada en la Belle Époque y el La casa de la familia Vuitton, un excelente ejemplo del diseño Art Nouveau.
Ghesquière dijo que quería explorar «el dandismo y esos esnobismos particulares que luego se convertirían en lo que se conoce como elegancia francesa».
La colección estuvo anclada en el final de los años sesenta y principios de los setenta. Es por ello que los patrones psicodélicos estuvieron presente tanto en túnicas con cinturón como en las mangas de campana.
Pese a que este estilo sea más propio de Miuccia Prada o Anna Sui, Ghesquière se ha asegurado de poner su toque personal. Y se nota. Aunque el diseñador siempre haya tenido un pie en el futuro, su trabajo en Louis Vuitton está profundamente vinculado al pasado.
Los anacronismos estuvieron a la orden del día, en forma de bolsa rectangular que es una cinta VHS y las bolsas de asas impresas con etiquetas adhesivas para videos imaginarios.
Sobre la pasarela, pantalones de cintura alta y piernas anchas, gabardinas con cinturón y mocasines. En cuanto a los complementos, los bolsos eran atemporalmente elegantes, dejando a un lado la tendencia de los minibolsos propuesta por varias firmas e iniciada por Jacquemus.
Parece que todo son buenas noticias en Louis Vuitton. Este año ha liderado el ranking de marcas de lujo más valiosas. La incorporación de promesas del diseño como Virgil Abloh en su equipo creativo ha repercutido, y mucho, en el aumento del consumo de sus productos. Estos aciertos han supuesto que el valor de la firma se sitúe en torno a los 35 mil millones de euros.
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