Sisters with Transistors es el documental de Lisa Rovner que cuenta el origen de la música electrónica a través de las historias de sus pioneras, de mujeres que escuchaban música en su cabeza y encontraron en la tecnología una manera de dar salida a su creatividad.
La historia de la electrónica no difiere mucho de la de otras materias. A pesar de parecer un tipo de música alejado de los compositores clásicos, la historia ha hecho lo que suele hacer con todo; cubrir con un manto de silencio el trabajo femenino. ¿Qué sucedió para que tantas mujeres se interesaran por la electrónica? Lo que pasó fue que encontraron un espacio que no estaba controlado por el establishment musical, que se negaba a considerar la música a la producida a través de la energía.
“A las mujeres nos atraía especialmente la música electrónica cuando la posibilidad de que una mujer compusiera era en sí controvertida”, explica Laurie Spiegel en el documental. Spiegel es una compositora estadounidense que combinó la creación de música electrónica con la programación. Uno de sus trabajos más importantes nació de la idea de crear su propio instrumento, utilizar la tecnología para inventar un medio de expresión. Y lo consiguió, en 1985 se compró un Mac 512K y creó su propio programa para componer música electrónica. El programa bautizado como Music Mouse se convirtió rápidamente en uno de los más demandados por los consumidores.
La electrónica, desde su comienzo con la invención del theremín, ha estado ligada a la ciencia y a las innovaciones tecnológicas. No es de extrañar que muchas pioneras fueran además científicas. Es el caso de Delia Derbyshire, que en el documental aparece explicando los tipos de hondas y cómo las modificaba para crear música. Derbyshire nació en 1937, estudió matemáticas y se especializó en música. Se definía como una persona analítica que utilizaba las matemáticas para crear. Componía piezas para programas relacionados con la ciencia afición, el cargo más importante fue de la serie Doctor Who. La banda sonora que acompañaba al viajero en el tiempo pronto se acabaría haciendo famosa.
La experimentación también ha estado ligada estrechamente con la electrónica. Pauline Oliveros (1937), compositora y una de las primeras en interpretar electrónica en directo, fue uno de los miembros principales de la San Francisco Tape Music Centre. Sus creaciones invitaban a la meditación y la exploración de ideas existenciales a través de los sonidos. Trató de crear una atmósfera en sus composiciones en la que todo el mundo estuviera invitado a escuchar, porque decía “el escuchar es curativo”. En una línea muy parecida trabajó Maryanne Amacher, famosa por sus instalaciones artísticas. También son reseñables sus trabajos psicoacústicos en los que estudió unos tipos de sonidos producidos por el propio odio.
El documental comienza con un video de una chica bailando, despreocupada, sin vergüenza por ser grabada. Mira a la cámara y dice “seguiré bailando siempre, al menos hasta que recuerde donde he dejado el coche”. Quizá en el principio del documental esté la moraleja; la mayoría de las mujeres que salen en el documental ya no están, pero sus trabajos siguen alimentando las creaciones de hoy. Ellas aún siguen sonando.
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