Desde el pasado mes de noviembre hasta el 20 de enero se puede disfrutar de la exposición del fotógrafo madrileño Eugenio Recuenco en la sala de exposiciones CEART de Fuenlabrada. 365º da nombre a un calendario fotográfico a gran escala que recoge el mundo del cine, la moda, su vida personal y fechas señaladas en la historia.
Eugenio Recuenco nace en mayo de 1968 en Madrid, es uno de los fotógrafos más reconocidos de nuestro país. Amó la fotografía desde niño y estudió Bellas Artes en la universidad Complutense de Madrid. Viajó por todo el mundo y se labró un nombre gracias a la publicidad y la moda.
Quizás no hayas escuchado hablar mucho de él, pero podrías reconocer su trabajo sin tan siquiera saberlo. Uno de sus anuncios más reconocible y que se convirtió en icono de la llegada de la navidad, fue el perfume “Nina” de Nina Ricci en el que podemos ver a una muchacha escalar una montaña de manzanas rojas; no ha sido el único que hizo Recuenco para la firma.
Uno de los spots más recientes es, también, el perfume de “Agua de rosas” de Adolfo Domínguez donde una mujer navega en una barca blanca sobre un mar de rosas. Y, tampoco, podemos olvidar el anuncio de “quizás, quizás, quizás” de Loewe y su melodía.
En este año en el que el fotógrafo cumple 50 años ha querido ofrecer por primera una retrospectiva de su vida y su trabajo a través de la exposición 365º en CEART; tres grandes salas que inunda con 366 fotografías de gran tamaño, una por cada día del año, con una temática que comprende el cine, donde hace alusión a películas de éxito; la moda, su vida personal en el que caracteriza a su familia y la vanidad humana; y, por último, fechas con gran valor para la historia del mundo, como la construcción del Muro de Berlín, los atentados del 11S o la llegada del hombre a la Luna. El tiempo volará entre adivinanza y adivinanza, intentando descubrir que esconde Eugenio Recuenco.
Esta obra se caracteriza por crear magia, envolver y cautivar a todo aquel que quiere viajar por el tiempo y el universo Recuenco. Las fotografías impresas en retablos de tela tienen una iluminación personal que les dota de un carácter narrativo y de fantasía. Todas y cada una de ellas se centran en una sala de paredes marrones con un pequeño ventanal por donde entra la luz. Su idea principal es dar la visión de como Eugenio ve el mundo que le rodea.
Los colores saturados, el vestuario, la escenografía y los pequeños detalles enamoran de tal manera que engendra el deseo de querer formar parte de ese pequeño gran universo. Además, para los más curiosos, la exposición cuenta con dos pantallas que muestran el “making-off” de la obra, completamente espectacular.
CEART nos acerca el primer trabajo personal de Eugenio Recuenco (@eugeniorecuenco_oficial), sin ningún tipo de coste y con visitas guiadas los viernes, sábados y domingos.
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