Una pregunta lanzada al aire que no necesita ser respondida de manera estricta, puesto que la moda necesita de ambas. La moda se nutre de las creaciones de los grandes diseñadores y de las personas que las visten. Una relación simbiótica que da como resultado las tendencias de cada temporada, una reacción causa-efecto que debe ser explotada a partes iguales.
Detrás de cada semana de la moda está su homónima semana de Street Style, son muchos los ojeadores que se dedican a observar y captar los estilismos de aquellos que van a disfrutar de los desfiles; y es que con más fecuencia las semanas de la moda de Nueva York, Milán, París o Londres nos proporcionan los precedentes y las directrices a seguir, y a su vez la gente de la calle crea nuevos modelos de moda.
Los desfiles de alta costura suponen un viaje al futuro, pero el Street Style que los rodea evidencia la manifestación de la moda en el presente. No estamos diciendo que la semana de la moda de, por ejemplo, París o Nueva York ya no sean necesarias, al contrario, París y Nueva York son el inicio y las calles el final.
El Street Style implica una visión de la moda a gran escala, ya no se trata de tendencias, sino de cómo se formula una atmosfera de estilo propio, supone un flujo de inspiración, una manera de expresión libre y sin límites.
La moda es una industria para ser consumida. Por ello, los desfiles no servirían de nada si se quedaran encerrados entre sus fronteras. Cada diseñador nos da su perspectiva de cómo ve la moda, su carácter y su esencia están impregnados en sus diseños, pero más allá de este concepto está la astucia de una buena combinación de dichas ideas y visiones, por este motivo, necesitamos la calle y su gente, que dan forma y remodelan a estas creaciones, son ellos los que continuarán el camino iniciado por los diseñadores.
«Los desfiles de alta costura suponen un viaje al futuro, pero el Street Style que los rodea evidencia la manifestación de la moda en el presente.»
Gracias al Street Style no solo dependemos de las firmas de lujo, pues ya no importa el precio de la prenda sino el valor adicional que se de a cada combinación. Este logaritmo perfecto nos lleva a las verdaderas tendencias, a las influencias que recibimos del exterior de las pasarelas.
Con la llegada de las Fashion Week, los amantes de la moda ya tenemos las fechas marcadas en el calendario y estamos expectantes y deseosos de disfrutar de un festival de arte y creación que tiene dos vertientes: las pasarelas y la calle.
¿Porqué ceñirnos a una paleta de colores primarios cuando podemos mezclar y crear nuevos que nos permitan pintar a nuestro libre albedrío?
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