Desde hace tres décadas, toda institución, firma o persona relacionada con la industria de la moda ha asimilado el nombre de Anna Wintour con los albores de la moda moderna. Su figura como directora artística de Condé Nast y editora jefe durante los últimos 32 años de American Vogue la han convertido en la principal figura de la industria. Durante su carrera ha vaticinado y respondido a las tendencias de cada temporada, hasta el punto de cambiar el rumbo de las colecciones. Cualquier decisión, cualquier propuesta había de pasar por ella. Sin embargo, las cosas han cambiado en los últimos tiempos y la comunidad de la moda ha comenzado a cuestionar su legado.
¿Ha sobrevivido Anna Wintour a las demandas y necesidades de los nuevos paradigmas sociales? Últimamente se han desatado rumores acerca de su jubilación. Sin embargo, el principal punto de presión y cuestionamiento de su ocupación se produjo en consecuencia del movimiento Black Lives Matter. Durante las protestas, las calles se llenaron de manifestantes que luchaban contra el racismo. Esto desató protestas dentro de diferentes instituciones que expusieron públicamente el racismo presenciado dentro de los lugares de trabajo. Una de las empresas expuestas fue Condé Nast.
El impacto de las críticas pronto desencadenó numerosas denuncias a través de las redes sociales. Usuarios de Twitter, algunos de los cuales eran exempleados de Vogue, manifestaron el ambiente racialmente hostil generado por Wintour en la sede de Vogue. Como respuesta, emitió un comunicado donde se disculpaba abiertamente y asumía las consecuencias:
“Quiero decir claramente que sé que Vogue no ha encontrado suficientes formas de elevar y dar espacio a editores, escritores, fotógrafos, diseñadores y otros creadores negros. También hemos cometido errores al publicar imágenes o historias que han sido hirientes o intolerantes. Asumo toda la responsabilidad por esos errores«.
Una editorial reciente del NY Times planteó las siguientes preguntas: «¿Ha llegado demasiado tarde esta disculpa? ¿se acabó la era del reinado de Wintour?» Cuando entró en American Vogue en 1989, Anna publicó la portada de un número de septiembre con la modelo negra Naomi Campbell. Esta decisión fue bastante progresista si tenemos en cuenta la época. Sin embargo, desde entonces ha tomado decisiones poco acertadas en la publicación de contenido racista.
En 2008 publicó la famosa portada de Lebron James que recordaba a King Kong; En 2017, la revista fue criticada por apropiación cultural tras publicar un número con Karlie Kloss con un traje de geisha. Quizá si el perfil de los empleados que trabajan en la compañía se saliera del tópico «delgado, blanco de familia adinerada y educado en escuelas de élite«, esto no habría pasado.
Sin duda es difícil trabajar en la industria. Esto ha quedado demostrado en en la forma en que Wintour ha sido retrata. Si no estáis del todo familiarizados, os aconsejo ver el documental «The September Issue» donde podrás comprobar la presión de los trabajadores de Vogue. Con todo, esto no justifica el perfil de un jefe explotador y políticamente incorrecto. Los tiempos están cambiando y una nueva era guiada por nuevos profesionales han de liderar todos estos puestos ocupados por personas hace décadas. La inclusión social es una constante en nuestra sociedad. Por ello, debemos abolir cualquier institución que la rechace. Condé Nast ha emitido recientemente un comunicado asegurando que están trabajando en ello: «Anna, Vogue y todos los líderes de nuestras marcas han realizado esfuerzos concertados para fomentar la inclusión en todo lo que hacemos todos los días«. Que así sea.
–
VIA: nssmag.com
Sigue toda la información de HIGHXTAR desde Facebook, Twitter o Instagram
Podría interesarte…