Seguidores de todas partes del mundo han acudido al funeral del cantante de The Prodigy para despedir a su ídolo bebiendo y bailando al ritmo de electrónica.
El pasado 4 de marzo la subcultura de la música dance y electrónica vivió una pérdida histórica. Keith Flint, el cantante de The Prodigy, se ahorcó en su casa a los 49 años. Su funeral ha tenido lugar el viernes pasado en Baintree, una ciudad al este de Inglaterra donde el cantante pasó la mayor parte de su vida.
La ceremonia ha recibido a una legión de fans, muchos desde otros países del mundo, que han acudido para despedir a su ídolo como mejor saben. El funeral se acabó convirtiendo en una rave donde los seguidores bebían y bailaban, ofrecían servicios como pintura facial o tatuajes gratis y daban el último adiós a Keith Flint mientras sonaba The Prodigy a todo volumen.
La despedida se dio como un festejo agridulce, con una multitud siguiendo la procesión que llevaba el ataúd hasta la iglesia mientras los altavoces tronaban con ‘Aerials’, de System Of A Down. Además, los seguidores del cantante se han unido para lanzar una petición que solicita que la ciudad erija una estatua de Keith Flint. Por ahora, ya suman más de 9000 firmas.
Miles de personas congregadas en torno al baile, la música electrónica y la cultura dance. La leyenda de la escena rave del Reino Unido ha tenido su despedida – podemos asegurarlo – justo como él hubiera querido.
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