La moda es, ha sido y será un reflejo de todo lo que sucede a nuestro alrededor. Y si nos paramos a pensar en la realidad que vivimos ahora mismo —o en lo que está por llegar en un futuro próximo— la palabra que mejor define la situación está muy clara: caos.
Como es lógico, últimamente una de las preguntas más recurrentes en la industria es cómo nos vestiremos cuando por fin podamos disfrutar de una «nueva normalidad», si es que ese momento llega algún día. Porque la verdad, a veces no confiamos mucho en que todo vuelva a ser como antes… Pero bueno, dejando las suposiciones a un lado, está claro que la pandemia nos ha cambiado el chip a todos y en ese sentido, nuestra relación con la moda se ha visto afectada para bien o para mal, cada uno que juzgue su propia experiencia.
Como consecuencia de todas las semanas que pasamos confinados en casa, las restricciones y sus respectivas limitaciones en cuanto a planes de ocio —ocasiones para lucirnos incluidas—, y en general, el descontrol y la incertidumbre que desemboca de todos los cambios a los que hemos estado expuestos últimamente, se han establecido dos grupos bastante definidos. Por un lado están los que el año pasado optaron por ponerse cómodos y de ahí ya no hay quien les saque. Pero por otro, están los que se han posicionado en el equipo contrario y han decidido dejar de ser unos básicos y ponerse todo lo que se les pase por la cabeza.
Todo tiene una explicación
Puede que esto esté relacionado con la expectativa de desenfreno que muchos tienen respecto al fin de la crisis sanitaria. No quieren dejar pasar ni un día más sin ponerse lo que les apetezca —aunque sean un circo andante— y trasladan esas ganas de comerse el mundo a sus códigos de vestimenta. Por eso, muchos han apostado por expresar su estado de ánimo a través de la ropa. Del mismo modo que otros han buscado en ella una vía de escape con la que recrearse y mejorar su mood. ¿Quién no ha tenido un mal día y lo ha arreglado con un lookazo?
Tal y como lo describe el Dr. Dawnn Karen, fundador del Fashion Phsycology Institute, esto se debe a que ahora mismo «la gente está reevaluando lo que quiere usar, quizás desde que eran niños». Además, según la historiadora Deirdre Clemente la pandemia ha difuminado las fronteras entre lo formal y lo informal. Por eso ahora mismo no es tan raro que nos encontremos con alguien que parece que ha bajado a tirar la basura al lado de una persona que parezca sacada de Mamma Mía.
Y tú, ¿te dejas llevar por tu mood o eres de los que se apoyan en la moda para cambiarlo?
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