Autor: Alegría Olmeda (@alegriaolmeda) | Oliviero Toscani, el fotógrafo que revolucionó Benetton con las campañas publicitarias más controvertidas que se recuerdan, ha vuelto detrás del objetivo de la marca de los colores infinitos haciendo un llamamiento a la integración social.
1992. Nuestros armarios (sí, el tuyo también) estaba inundado de prendas de Benetton que nos conquistaron por sus básicos teñidos en vivos colores de pigmentos minerales. Todo bien, hasta que de repente, una campaña publicitaria que llevaba su nombre, mostraba a una monja y a un sacerdote besándose. La polémica estaba servida.
Detrás de aquel objetivo se encontraba Oliviero Toscani, que desde aquel momento, se convertiría en la persona que revolucionaría el concepto de publicidad, y que siempre recordaremos por la dureza crítica y exquisita que genera su trabajo. Digamos que es de los que tiene claras las cosas que no soporta, le va la marcha, y en algunas de sus entrevistas, reza que “lo importante no es lo que haces si no cómo lo haces”. Bravo.
Oliviero Toscani es de los que lo tiene todo tan extremadamente claro que es capaz de dar una bofetada al mundo en forma de crítica publicitaria haciendo ronchas de manera exquisita en la piel de más de uno (y de dos).
De 1982 a 2000, Toscani trabajo mano a mano con Benetton, con quien disparó sus más icónicas campañas publicitarias, que todavía hoy siguen desencajando mandíbulas. En ellas, nos mostraba a pacientes terminales de SIDA, parejas de grupos étnicos diferentes, miembros del clero religioso de todas las orientaciones sexuales, el primer plano de la mirada vacía de condenados a muerte… No se dejó en el tintero ningún tema que no suscitara comentarios comprometidos y debates sociales conmovedores. Fue por eso por lo que Oliviero Toscani se sometió a demandas y amenazas de censura constantemente.
Es ahora, 17 después de su última colaboración y coincidiendo con pleno proceso de reestructuración de la marca de retail, cuando Toscani y Benetton han vuelto a trabajar juntos en una campaña con la integración social como tema principal.
Esta vez, Oliviero Toscani (@olivierotoscanistudio) pone en el punto de mira de la sociedad actual el problema de la integración. Para ilustrarlo, ha fotografiado a los chicos de una escuela multirracial de Milán con 28 escolares de 13 países diferentes y 4 continentes que estudian juntos y formarán la sociedad del futuro. ¿No es muchísimo más ridículo (si es que cabe) pensar en el racismo una vez planteado esto?
En otra de las fotografías, un grupo de niños leen Pinocho con la profesora. No es un libro al azar, sino una metáfora: Pinocchio es una noticia falsa.
Que ardan las redes sociales 😉
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