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Analizamos la figura del estilista del S.XXI con Elena Mottola

Diferentes factores a lo largo de la historia han ido determinando la evolución de la figura del estilista hasta convertirlo en una profesión en constante redefinición.

Hollywood, la televisión, las redes sociales. Diferentes factores a lo largo de la historia han ido determinando la evolución de la figura del estilista hasta convertirlo en una profesión en constante redefinición. Analizamos la figura del estilista del siglo XXI con Elena Mottola, estilista y diseñadora.

Elena Mottola

Al principio se reducían a las páginas de las revistas impresas, con su nombre impreso debajo del del fotógrafo con la tipografía pequeña propia de los créditos. Poco a poco se introdujeron en pasarelas, sus nombres resonaban por ser los predilectos de algún celebrityy la televisión propició el culto a la profesión – desde un programa sobre cambiar la imagen de los concursantes hasta estilistas con su propio reality show, como es el caso de Rachel Zoe.

El cambio constante hace del estilista una profesión complicada, donde las redes sociales y el auge de mostrar tus looks al mundo ha traído consigo cierto intrusismo, aunque también inspiración.“Obviamente las redes sociales han traído un gran cambio. Tienes acceso a mucha información visual y el estilismo parece más accesible”, afirma Elena Mottola. “Pero al ser más accesible, todo el mundo puede incluir el ‘estilista’ en su bio. Para Elena, combatir esta burbuja no parece un gran dilema. “Al final, tu verdadera identidad como estilista será cuando trabajes en una gran compañía o en una revista. Eso es lo que te hará crecer”.

Mientras los millenials rehúsan la promoción explícita y ponen sus ojos en la naturalidad de Instagram, de mezclar prendas por puro placer estético sin pretender ser el escaparate de una empresa en concreto, algunos diseñadores como Raf Simons (Calvin Klein) o Hedi Slimane (Celine) exigen que en las editoriales los modelos vayan exclusivamente vestidos de la marca. Requisitos que el estilista tiene que cumplir si quiere trabajar en según qué compañías y que, desgraciadamente, pueden mermar su labor creativa.

Se trata de una profesión donde la total libertad artística a veces entra solo a pies puntillas. “Desde mi punto de vista hay dos formas de hacer estilismo”, afirma Elena. “La primera es la creativa, es decir, jugar con la ropa, jugar con el cuerpo, hacerlo de una forma que nadie esperaba”. Es esa forma de trabajar en la que lo más importante es un resultado inspirador, innovador, creativo. En la segunda forma, la finalidad es otra: los límites los determina la objetividad estética y la idea es que las prendas se aprecien en su mayor esplendor. “Es una forma más natural, se trata de encontrar la buena combinación de colores, de telas, la postura del modelo que realce la ropa. Cuidar todos los detalles para que el resultado sea perfecto”. La belleza del caos o el savoir faire.

La transformación de la figura del estilista ha propiciado que algunos expandan su labor a otros terrenos de la moda. Elena Mottola es una de ellas. Además de ser estilista, también es diseñadora con marca propia, Afterhomework (Paris), una firma de moda que regenta junto su pareja Pierre Kaczmarek y que se define como geométrica, desestructurada y diferente. En su doble profesión, Elena confecciona y reconfigura prendas, crea piezas como diseñadora y construye personajes como estilista. Una labor artística que requiere una inspiración constante. “Me siento realmente inspirada por la gente de la calle y lo que veo a mi alrededor. No intento crearme un universo falso, sino traducir mi realidad de una manera más estética”. Pero la clave no es solo hacer que se encienda la bombilla: el trabajo en equipo es primordial para que todo funcione. Para Elena, es uno de los puntos más importantes que hay que tener en cuenta.

“El estilo no tiene sentido solo, y lo mismo ocurre con las imágenes. Si el equipo comprende a los demás y la armonía es perfecta, el resultado final será mejor”. – Elena Mottola

El siglo XXI ha expandido los límites de la figura del estilista y ha vuelto borrosa su definición tradicional. “¿Qué es en realidad el estilismo? ¿Es algo puramente estético?”, se pregunta Elena. Concretarlo es difícil, pero una cosa está clara: hay mucho más allá que una simple combinación armoniosa de prendas.

#mustfollow: @elenamottola

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