La información es poder, es así desde que el ser humano es capaz de generarla y usarla. Por eso, cada vez más empresas deciden poner a disposición del usuario el máximo de datos posibles para que, de alguna manera, éste se sienta un poco más cerca de ellas. En el mundo de la moda no son ajenos a esta tendencia. Éstas son algunas de las más destacadas de este año.
El mundo de la moda no se parece en absoluto a lo que era cuando los padres fundadores lo idearon. La faceta económica impera por encima de la meramente creativa en muchos casos, el baile de nombres en las casas más emblemáticas no extraña a nadie ya, las políticas de producción han cambiado radicalmente y cambiarán aún más y en estos días en los que IG es la prioridad, la forma de conectar con el consumidor es más directa que un gancho de Mayweather.
El nuevo consumidor de moda quiere saber quién hace su ropa, dónde, qué materiales se usan y de dónde proceden, si han sido confeccionados respetando el medio ambiente, si se identifican con el discurso de su diseñador favorito, qué aportan a la sociedad las firmas que consumen y así un interminable etcétera. Ya no basta con crear piezas bonitas al ojo humano o emplear materiales de exquisita calidad.
El engagement con el cliente se proyecta por una infinidad de frentes. Cada vez más una imagen respetable y un discurso actualizado son más importantes que los diseños más espectaculares.
La inclusión con independencia de tallas, identidad, credo o raza se ha convertido en caballo de batalla de las principales firmas de la industria. Ese mundo en el que sólo veíamos en la pasarela a un determinado canon de belleza ha pasado a mejor vida. Menos mal.
En este sentido, en el de proporcionar a los clientes el máximo de información sobre sí mismas y lograr su simpatía más sincera, las firmas están en el camino de la transparencia absoluta.
En el último informe de Fashion Revolution encontramos que el top 10 tiene a H&M (73%) copando la primera posición. Le siguen otras como adidas/Reebok (69%), VF Corp, matriz de The North Face, Vans o Timberland (60%) o el conglomerado Nike/Jordan/Converse (55%).
En las antípodas de la transparencia encontramos firmas como Tom Ford, Fashion Nova, Bally o Canada Goose (principalmente para no contar cómo asesinan a los gansos con los que hacen sus abrigos).
En el mundo del lujo, descubrimos como cada vez más casas revelan los proveedores de sus materias primas, exponen sus políticas medioambientales o, simplemente, desvelan el origen de las prendas que venden con el fin de no dejar duda sobre la moralidad de sus procesos productivos y el respeto de los derechos humanos en sus fábricas. Algunas de las más destacadas son Bottega Venetta, Balenciaga o Gucci. Los florentinos suben del 40 al 48% respecto a 2019, siendo la única con un 100% en el apartado de «Política y compromisos».
Sucesos como el derrumbe del Rana Plaza de Bangladesh pusieron el foco en la innegable necesidad de reformular la forma de producir las prendas que llevamos cada día. Ninguna gran empresa prescinde de sus fábricas en países subdesarrollados, incurriendo con alarmante facilidad en el trabajo infantil, la esclavitud y un sinfín de tropelías que tienen que terminar ya.
Los ínfimos costes productivos son un mal endémico en esos países que, ante la falta de otro tipo de recursos, se dejan explotar por grandes corporaciones y hacen que su PIB dependa en casi su totalidad de que éstas fabriquen en su territorio. La pescadilla que se muerde la cola.
La crisis del Coronavirus ha dejado, una vez más, expuestas las vergüenzas de esta industria, cuyo ritmo de producción es enfermizo y deriva en unos niveles de contaminación escandalosos. La industria textil y del calzado es la mayor contaminante del mundo. Los tintes empleados en la ropa colorean ríos a lo largo y ancho del planeta, envenenando poblaciones enteras y matando por miles.
El informe de Fashion Revolution debe hacernos reflexionar sobre qué tipo de consumidor queremos ser. Sin duda debe primar la adquisición de prendas de calidad y con una vida más larga que no comprar de manera masiva prendas que tiraremos pronto y cuya calidad deja mucho que desear. Inditex produjo el año pasado la friolera de 1,6 billones de prendas…
La próxima vez que te compres unos vaqueros o una camiseta, piensa bien todo lo que hay detrás.
Sigue toda la información de HIGHXTAR desde Facebook, Twitter o Instagram
Podría interesarte…