Diciembre está llegando a su fin, en pocos días se cerrará el círculo de la segunda década de los 2000. Estos diez años que dejamos atrás podrían resumirse en una moda de recuperación y reinvención. Los 80 y los 2000 estuvieron de vuelta en nuestro vestuario con una nueva imagen rejuvenecida y contemporánea. Hemos hecho nuestra la estética macarra que hoy bautizamos como neochoni.
La tendencia athleisure ha cautivado nuestra forma de vestir. Olvidamos que la ropa deportiva era exclusivamente del gimnasio, el Káiser Lagerfeld llegó a decir, “los pants son un signo de derrota”, pero han sido los diseñadores los que finalmente se rindieron y marcaron sus colecciones con piezas de inspiración sport con un objetivo más sofisticado. Kim Kardashian ha sido una gran embajadora combinando el chándal con tacones de aguja.
Nueva década, nuevas tendencias
El efecto de la vertiente anterior dio como resultado un imparable deseo por las zapatillas de deporte. Demna Gvasalia con sus Triple S de Balenciaga enloqueció a los cazadores de productos de culto. Impulsó una nueva corriente estética, el ugly wear. La firma Vetements es el referente de la moda fea. Quizá, la idea de llevar algo exclusivo, “porque nadie más se atrevería a llevarlo”, pudo ser una noción muy atractiva. Hemos adoptado una moda muy osada y sin límites que seguramente continúe la próxima década.
Los 90 también han estado presentes entre las filas de estos años. La logomanía causó auténtico furor hace casi treinta años, pero desapareció cuando se convirtió en sinónimo de mal gusto y falta de estilo. Actualmente esta visión ha dado un nuevo giro. “Los logotipos son esencialmente un símbolo de estatus. Las camisetas con logo son una manera de reconocer las marcas y de ser un cliente asociado a ellas” dijo Lisa Aiken, directora de moda de Net-A-Porter. Nosotros añadimos, “cuantos más logos, mejor”. Todos los diseñadores les han concedido a sus clientes dicha petición.
La pasión de los consumidores del streetwear ha fundido las barreras entre el lujo y las calles, lo que ha transformado la concepción más primitiva de la moda. El rapero Asap Rocky ha sido uno de los grandes influyentes de esta tendencia. Hemos reinventado los conceptos de etiqueta. Comenzamos una revolución en la que vestir como la tribu ya no era prioritario, hemos abandonado la idea del Ser como grupo, al Ser como individuo único. Queremos diferenciarnos de los demás y proyectamos nuestras propias ideas a su máxima expresión.
Diez años de recuperación, reinvención y exclusividad
Durante esta década, también hemos querido ser cómplices del medio ambiente. Nuestra conciencia con el entorno ha impulsado la moda circular lanzando la ropa de segunda mano a su máximo esplendor. Además, hemos sido más respetuosos con nuestras compras aumentando el interés por los tejidos ecológicos, buscando la menor repercusión para nuestro principal sustento, el planeta.
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