La colección presentada ayer en Shanghai por Louis Vuitton Men, con Virgil Abloh al timón, ha vuelto a dejar esa sensación de estancamiento que empieza a ser preocupante. El show de ayer mostró la primera parte de la colección, que tendrá una segunda parte en Tokio.
La colección
Virgil llegó a Shanghai decidido a sacudirse las críticas de aquellos que creen que su tiempo en LV ya ha pasado. No lo logró.
A su favor, por primera vez en la historia de la compañía, la colección está casi totalmente hecha de excedentes de stock y piezas de colecciones anteriores. El upcycling llegó a la casa francesa. La importancia de hacer que la moda sea sostenible es crucial para el futuro del planeta, y la visibilidad de Vuitton es esencial para que esta tendencia cada vez más extendida continúe.
En el caso de Virgil Abloh, el reciclaje le ha jugado una mala pasada. En una propuesta en la que el tayloring y el office wear juega un papel protagonista, la sensación es de deja vu, una vez más. El paso del fundador de Off White por París está dejando más sombras que luces. A diferencia de casas como Gucci o Dior, la sección masculina de Vuitton parece no avanzar. No se ve un imaginario definido ni una evolución en las propuestas. Ya ha pasado el tiempo suficiente como para que las creaciones de Abloh para LV mostraran cierto crecimiento. No ha sido así. Cualquier pieza de cualquier colección diseñada por el DJ y arquitecto puede aparecer en cualquiera de los shows de la casa gala sin desentonar lo más mínimo. Not cool.
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El desfile de Shanghai, retransmitido por Instagram Live, empezó con mal pie. Cuando se enfocó al público asistente, se pudo apreciar que no había rastro alguno de distancia de seguridad ni los allí presentes llevaban mascarilla. Esto provocó multitud de comentarios durante la emisión del show en IG, generando cierto desconcierto por el contexto en el que nos encontramos con la pandemia mundial.
Para esta ocasión, y bajo el paraguas del upcycling, Virgil ofreció una primera selección de prendas y accesorios que, en esencia, son adaptaciones de otras creaciones suyas. En «Message in a bottle», que así se llama la colección, hay mayor presencia del famoso damier de la maison parisina. En esta ocasión, ofrece versiones en beige/naranja y con estampados psicodélicos. La presencia masiva del trench se repitió una vez más y la apuesta por el tayloring se mantuvo como en ocasiones anteriores. En esta ocasión, Virgil contó con la colaboración del creativo kazajo Abzal Issabekov (@abzalissabekov), diseñador de RTW en Louis Vuitton desde 2018. Este joven talento fue el primer creador nacido en Kazajistán en presentar una colección en Central Saint Martin’s, donde se graduó en 2016. En este corto tiempo ha trabajado para Celine y Helmut Lang antes de recalar en la joya de LVMH.
Volviendo a la colección, apreciamos un cambio drástico en la paleta de colores. La presencia de tonos estridentes, eléctricos y estampados muy de los 70 difiere de las propuestas más sobrias de colecciones previas. Esas tonalidades ácidas nos recuerdan a los diseños de Magliano para SS21.
Bajo la influencia de los «Zoom with friends» apreciamos la presencia de peluches colgados de multitud de prendas y accesorios, dando un aire infantil a su concepto. La inspiración de SS21 es un poema de Sun Ra. El también compositor de Jazz recita en «I’ll wait for you (Strange Worlds in my mind)» : “Where human feet have never trod, where human eyes have never seen / I’ll build a world of abstract dreams, and wait for you.” Ese universo abstracto y psicodélico es el que emanan las creaciones del de Rockford en SS21.
Respecto al outerwear, el calzado y los accesorios, encontramos un poco de todo. Chaquetas de aviador, M-65s y puffers inflables que se asemejan mucho a los de CP Company del año 2000 destacan entre las prendas de abrigo. Su ya conocida línea de sneakers recibe un update con incrustaciones de cristales, como ya hiciera Gucci con sus Flashtrek. En cuanto a los accesorios, nueva entrega de sus ya famosos soft trunks, esta vez con los personajes animados de Reggie Know y bolsos con la forma de éstos. El Keepall recibe la actualización de turno y encontramos una versión mini del Steamer en damier. Nada que no hayamos visto ya. Mención especial para los sombreros de copa. ¿Está preparando un reboot de Willy Wonka?
El tiempo de Virgil en Louis Vuitton ha llegado a su fin. El estrangulamiento creativo que está sufriendo no deja indiferente a nadie y una casa de la dimensión histórica de LV requiere de más dinamismo. El legado de genios como Marc Jacobs o Kim Jones es enorme y ejerce una presión casi insoportable para aquel que acceda al trono de la maison. Hora de resetear para los de Rue des Capucines.
El legado de Virgil Abloh
El simple hecho de que el CEO de Off White ostente el título de Director Creativo de Louis Vuitton ya es historia de la moda. Él es el primer diseñador de color en la historia de la maison fundada en 1854. El terremoto que provocó en el mundo del streetwear con su firma le catapultó al puesto de mayor relevancia dentro del mundo de la moda. Gracias a él, la moda de lujo puso sus ojos en el streetwear de manera global.
Cuando Virgil fundó Pyrex en 2012, lo que de verdad creó fueron los cimientos para el nuevo paradigma de una industria que necesitaba una reformulación. Su ascenso favoreció el de otros artistas y diseñadores de la escena urbana y, principalmente, ayudó a visibilizar el trabajo de los talentos de color que hasta entonces estaban marginados. Samuel Ross de ACW, Kerby Jean-Raymon de Pyer Moss, Matthew M Williams de ALYX , Heron Preston y muchos más pasaron del universo street a arrasar en las fashion weeks.
Virgil inventó el concepto de luxury streetwear, se convirtió en el ariete de una nueva generación con el talento más diverso de la historia y con un compromiso con sus comunidades y los valores que los definen nunca visto. La llegada de Abloh trajo la calle a las pasarelas y obligó a las maisons tradicionales a ampliar sus miras hacia un nuevo tipo de consumidor que buscaba algo más que una etiqueta. El sentimiento de pertenencia se convirtió en el nuevo caballo de batalla para firmas casi centenarias ante una generación de consumidores que, presos de Instagram, buscan una identidad a través de su estética. El consumo de firmas de lujo dejó de ser sobre la exclusividad para pasar a ser una cuestión de comunidad.
La interminable lista de compañías que han solicitado su firma en sus productos es abrumadora. IKEA, Evian, Nike, Moet, Rimowa, Levi’s, Moncler, Timberland… Lograr colaborar con él es garantía de éxito inmediato. Precisamente por todo esto, Virgil no se puede permitir ser acusado de plagio día sí y día también. Virgil no se puede permitir caer en la mediocridad creativa simplemente por estar en el candelero. Virgil es un revolucionario, el estancamiento no se contempla. LV x Virgil Abloh ha cambiado la industria, la manera de ver la moda, el concepto de streetwear y ha revolucionado a las generaciones actuales y venideras.
Por todo esto, Virgil debe abandonar Louis Vuitton. Su figura ya es historia de la industria. Su nombre es sinónimo de revolución cultural y racial. Ha tocado el cielo de la moda. Quizá sea hora de reformular su posición en este momento crucial de su carrera.
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